La Alberquilla. Almedina (en construcción)
Colaboración con el Ayuntamiento de Almedina.
Situada en el punto más meridional del casco histórico de Almedina, la zona conocida como la Alberquilla o parque de las Escuelas, constituye el punto de unión entre dos laderas -sureste y suroeste de Almedina- cargadas de un patrimonio geológico, histórico, etnográfico y paisajístico, sin parangón en la provincia de Ciudad Real. Obviando la ladera sureste, donde se localizan varias cuevas, fuentes, y los huertos árabes mejor conservados del municipio; la intervención se centra en la rehabilitación y conexión de cuatro elementos de enorme interés en la ladera sur-suroeste. Estos son la cueva del Tesoro, la cueva-cobertizo de los Galianos, la Fuente de la Virgen y el punto conocido propiamente como la Alberquilla, elevado sobre todos ellos, y verdadera charnela del espacio.
Los ejes de la intervención son, por un lado, la creación de un sendero peatonal de conexión entre todos los elementos de interés, y el entorno inmediato -escaleras del Puente Romano y escaleras hacia el parque de los Caballos-. Por otro, la creación de varios espacios de disfrute y puesta en valor de cada uno de los elementos. Todo ello, atendiendo a la singularidad de cada elemento existente. Con las invariantes típicas del pueblo -parecillas, pilares, etc.- y con su forma de construir.
En el caso de la cueva del Tesoro, además de la rehabilitación de su entrada -se encontraba cerrada por escombros- se decide la apertura de una pequeña plaza frente a la misma, con la inclusión de ciertos elementos hallados en la obra -fósiles marinos- en su arquitectura.
En el caso de la Fuente de la Virgen, se la dota de unos pilares a diferente altura que, recogiendo su escasa agua, evidencian, gota a gota, el fluir de la misma. Al mismo tiempo, se aprovecha el diseño de los muros de contención de tierras como bancos y zonas de contemplación del paisaje.
En el caso de la zona superior o Alberquilla, propiamente dicha, se diseñan una serie de bancos de obra dando a las vistas sureste y suroeste, dejando el punto sur como mirador exento, adaptado como escenario. Determinando a la vez las circulaciones, a través de lo que serían los arranques de unos muros -en una suerte de ontología arqueológica- que alguna vez existieron, conformando lo que sería la atalaya sur, y más importante, del núcleo.